miércoles, 12 de noviembre de 2014

¡Cambia tu rutina! ¡Regálale a alguien un regalo!

¿Alguna vez te has preguntado qué pasaría si a alguien que te tratase bien, digamos que... por 3 días, 1 semana, le hicieras de forma inesperada un regalo?.

¿Te lo aceptará? ¿No? ¿Te dirá algo sobre el detalle? ¿Te lo tirará a la cara? ¿Se emocionará? ¿Llorará?....

Todo eso, depende de la persona con la que estés tratando y el tiempo que lleves tratando con él/ella.

A continuación, expongo mi experiencia.


He decidido sorprender a la limpiadora de mi edificio, ya que, tras varios dias de encontrarmela por el portal, siempre me trato bien y me preguntaba que cómo estaba, qué tal me había ido el día, etc...

Bien, un día, le compré un ramo de claveles  en el centro de mi pueblo.
Al llegar e ir a buscarla ¡sorpresa! No estaba. Por lo visto ese día no había ido a trabajar, asique tube que poner los claveles en agua a lo largo de ese día.
No fué hasta el día siguiente cuándo se lo pude dar.
En ese día, tras llevar a mi hermano al colegio, fuí a casa y bajé a buscarla con el ramo escondido en mi espalda. Cuando se lo tendí, la mujer se quedó sin palabras, no sabía como reaccinar y tras unos instantes, me abrazó y comenzo a llorar.
Al cavo de unos instantes, me dijo que no sabía como darme las gracias y que ella no estaba acostumbrada a ese tipo de afecto, normalmente la suele despreciar por su profesión y pasar de ella.

Después de esto, me estubo contando un poco de su vida, y yo de la mia. ¡Pasamos horas hablando! Y resulto, que conectamos muy bien.

Al cavo de los días, hablabamos más cuando me la encontraba y nos contábamos algunos problemas, chistes, bromas, etc.

A día de hoy, nos saludamos con dos besos o un abrazo, a veces, me da sustos mientras limpia, nos inventamos motes absurdos,  otras veces nos ponemos a imitar a personas famosas, y otras muchas yo misma le ayudo en la limpieza.
Nos solemos contar cosas, y nos preocupamos la una por la otra habiendo pasado de una conversación monótona a pasar horas y horas de charlas durante su jornada laboral.

Como reflexión personal a mí, esta experiencia me ha ayudado a crecer como persona y a comprender, que el tiempo, a veces, no nos hace pararnos a ver personas que, a veces, pueden merecer la pena o no,ya que muchas veces, lo único que queremos es que cumplan con su trabajo, sin pararnos a pensar ni mirar el interés de la otra persona.

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